Este año (con un poemario inédito aún) he tenido la suerte de quedar finalista en el I Premio de Poesía Ateneo de Sevilla «Generación del 27». Mientras sigo esperando, esperanzado, el día en que ZENDA pueda mostrar 5 poemas míos en su página («5 poemas de…»), este MENDA deja de momento por aquí 5 poemas de su Breve ensayo sobre el exterminio de las flores (un poemario sobre los campos de exterminio nazis), publicado en 2023 por Cuadranta. Espero que os gusten.
SCHWEIGEN, SCHWEIGEN
Nunca el simple gesto
de quitarse un reloj
habría sido tan premonitorio:
sobre sus pieles,
unos números grisáceos insinuaban ya
el color de la ceniza.
En aquella ducha tan ansiada
corrieron aguas invisibles,
de cuya presencia dieron fe
humeantes vapores que, por limpiar,
hasta las voces y gritos limpiaban.
Nunca unas aguas arrastraron tanto por un sumidero.
Lejos, muy lejos,
el tictac de los relojes seguía sonando:
Schweigen, schweigen.
SAVIA
Nuestras piernas son como raíces.
Nuestros brazos son como raíces.
Nuestras manos, también.
En nuestros pechos
se enredan
puñados
de raíces.
Por nuestros cuerpos sentimos el latido
de algo diferente a la sangre.
No hay nada en nosotros que haga pensar
que nuestro sitio no está bajo tierra.
CAMPO DE EXTERMINIO
No eran más que huesos, es cierto;
no eran más que huesos
recubiertos por un escuálido pellejo.
Sus brazos, enclenques y frágiles
como ramitas secas;
y sus piernas,
un débil tallo a punto de resquebrajarse.
Poco a poco, hasta ellos mismo
llegaron a olvidarlo,
pero allí, en aquel campo,
seguían siendo las flores.
PROHIBIDO PISAR EL CÉSPED
Unas eran blancas y azules;
las otras, azules con rayas blancas y rojas.
Podría hablar de flores,
pero hablo de indumentarias deportivas.
En Mauthausen, allí donde reinaba la enajenación,
los domingos
había sitio para jugar al balompié:
un campo de concentración
versus
un campo de fútbol.
Los partidos se disputaban en el Appelplatz,
un largo patio de adoquines
delante de los barracones.
Los jugadores, prisioneros,
corrían (huían) para ser libres por un rato.
Un paréntesis a la prohibición
de pisar el césped.
Un paréntesis a la obligación
de pisotear las flores.
BARCOS EN MAUTHAUSEN
I. ALQUIMIA NAVAL
Lo cierto es que en Mauthausen
había barcos de todo tipo:
Chalupas, goletas, carracas, veleros,
botes, canoas, galeones…
Documentos históricos confirman que,
misteriosamente,
muchos prisioneros del campo
llegaron a transformarse en algún tipo de navío.
Chalanas, carabelas, galeras,
barquichuelos, fragatas, gabarras…
Uno de los supervivientes del exterminio confirmó,
medio siglo más tarde,
aquellos extraños hechos,
y explicó que las transubstanciaciones
solían acontecer
a los presos más compasivos.
La letanía que auguraba el proceso decía así:
«Cuando te ahogues en un mar de lágrimas,
déjame ser tu barca».
