Dejo por aquí un microrrelato de menos de 200 palabras, publicado previamente en la página de mis amigos de EL YUNQUE DE HEFEFSTO.
Qué gusto da verlo todo recogido. Por fin me he dado cuenta de que soy un ser que no necesita absolutamente nada. Prometo que jamás volveré a mover un dedo. Nunca imaginé que el hecho de dejar correr el tiempo y abandonar las circunstancias al azar pudiesen generar tanto caos. Las Pirámides de Egipto, la Crucifixión, el Popol Vuh, Galileo y su Eppur si muove, el cometa Halley, las supernovas… ¡quién me mandaría complicarme la vida! Esto ha sido la primera y la última vez que invento un universo. Gracias a Dios he rectificado a tiempo. «¿Gracias a Dios?». Es el colmo. Hasta estoy empezando a hablar como ellos.
